Atrás quedaron los años de gloria, de orgullo, las noches de miedo, de farras interminables con toda la cuadrilla, entrar y salir de mujeres de todas las ciudades y pueblos en los que toreaba. No tener ni una sola preocupación más que pensar quizás, que esa sería la última noche, la última tarde u horas que me restaban para cambiar de tercio e irme a vivir con las viejas glorias de otros tiempos. Todos creemos que nos están esperando, allí arriba, o mejor, si es abajo, donde esperan al gran juicio acompañadas de folclóricas, vinillo de Moriles y buen cante.
Cada tarde que me visto de luces repaso los pequeños recuerdos que llevo encima de no hace tanto tiempo…. La ingle en Algeciras, el muslo izquierdo en Valladolid, un peazito de safena que me dejé en un pueblo de Zaragoza, y la que veo todos días cuando me miro al espejo para afeitarme, el desgarrón que me corre desde la comisura del labio hasta la barbilla, blanca y brillante. Ya han pasado algunos años y todavía me da repelús pasarme la cuchilla por encima de ella.
Yo , que tanto miedo inconfesable he pasado, usando la cortina de humo, de que estoy serio por la responsabilidad, el público, la afición, el mal estado del ruedo, muchas más disculpas de mil nombres distintos para vestir a la única verdad… mi propio y solitario miedo.
Ahora¡cuánto me cuesta vestirme y que difícil me es el no hacerlo! No creía que llegase nunca el día, en que yo tendría que vestir de plata o azabache, estaría a las órdenes de otro, no viendo arena delante de mí cuando hago el paseíllo. Y para más adorno de la vida hacia mí... estoy a las órdenes de una mujer.
Al principio me pareció de broma, risas en el hotel. Ya fue cambiando la cosa cuando ella se puso en su sitio, pero no, la balanza no estaba equilibrada, quería respeto, pero no se ponía delante de nada que lo exigiera.
He pasado ya dos temporadas con ella, y desde hace un año, estoy viendo en el túnel cómo me miras, y al mirarte yo, me esquivas con una sonrisa, Durante el paseíllo detrás de ti, con tu vestido caña y oro con remates negros y para qué lo voy a ocultar, fijándome en el movimiento de tus caderas. Me he dado cuenta de cómo se frota las manos nerviosa cuando me toca entrar a banderillas, y de cómo me sonríe cuando todo ha salido bien.
Este final de temporada, ha cambiado un poco la cosa, mi maestra se ha metido en una empresa dura, ha echado la pata pa´lante, se ha cruzado al otro pitón, y aquí ya no están los pitones como al principio, estos están limpios.
Tengo mucho miedo, ya no por mí,estoy asustado por ella, cada día está más valiente, y lo es . Está más segura de sí misma, y tiene motivos para ello. No tengo miedo por mí, sino porque yo no pueda estar a su altura. Son muchas tardes, muchas cornás, desalientos, pero cada tarde estoy allí, detrás de tí, matadora, para cambiar sin ningún tipo de duda mi femoral por un rasguño tuyo. Quiero que sepas que veo el brillo de tus ojos cuando estamos juntos en el burladero, cuando el toro ha salido con difilcutades y cuando es bueno también.
Veo como me miras cuando triunfas, y sé que me haces partícipe de tus alegrías y cuando estás mal o no ha habido suerte… quieres dejarme a un lado. Pero quiero que sepas, que es cuando más quiero estar a tu lado.
Quiero y quería Matadora, decirte que andes tranquila , que yo cada tarde estoy detrás de tí, que mí capote estará siempre al quite y si no llega éste , estará mi cuerpo para que no pase a tí nada, porque no tengo miedo de las cornás, tengo y paso miedo para que no pase ná. Y poder estar siempre, para hacer un quite. Tengo terror de no volver a ver tu sonrisa y tus ojos. Matadora
Negra testuz poderosa
ResponderEliminarse adivina entre las sombras.
Jaras de miel y romero
son paisaje de su sueño
mientras la luna dormida
bosteza en balcón de cielo.
La niña vistiendo nieblas
de norte en su tibio pelo
al toro mira en silencio,
y el toro mira a la niña
con ojos de niño bueno.
Lirios de azul madrugada
son escarcha de sus astas
mientras la niña, entre besos,
oprime contra su pecho una muñeca gastada.
Niño chico despechado,
arrinconado en la plaza,
el toro apura su pena
negra como el agua, negra,
bordada en antigua plata.
Perdido en su abismo negro,
sueña con lejanas playas
donde vaporosas hadas
tejen ensalmos de enebro
con helechos y con algas.
La niña su mano tiende,
blanca de luna sin tiempo,
y sus ojos
, laberinto
de alhelíes y de nardos,
un paraíso prometen
de atardeceres morados.
Se aleja con paso quedo
la niña color de niebla,
color violeta su pelo,
y el horizonte se puebla
de luciérnagas y besos.
Precioso Super ,que quieres que te diga , me has dejado impresionado.Gracias
ResponderEliminarMe has dejado con la boca abierta, confieso que lo he leído varias veces. Es una hermosura la forma de contar el cariño que destila la historia. Bonito, bien escrito, muy dulce. A mí me gustaría que la historia continuase.
ResponderEliminarUn beso torero.
Ole!!
HERMOSISIMO, me has dejado realmente emocionada, yo lo interpreto como un alegato de amor puro , pero puro ,puro de los de verdad .
ResponderEliminarUn matador de toros o un torero siente cosas que seguramente los demas no somos capaces ni de entender, que tu sepas transmitirnos emociones y acercar la pasión taurina a la pasión humana (o viceversa) , es lo que ya he comentado al principio , sencillamente HERMOSISIMO
Un placer leerte y una emoción seguirte
Has dado en la diana Woman , realizaste la interpretación correcta. Con respecto a las sentimientos y sensaciones son dificiles de explicar , pues en hay muchos matices que se te escapan en un tendido , el ruido de la pezuña en la arena , el olor a toro (jajaja) , el olor de la sangre , y donde reside el miedo fisico ... tu no lo ves . El toro siempre te mira a los ojos de tu a tu ,y eso si que es espeluznante.
ResponderEliminarComo las personas, te habla con la mirada y te dice muchas cosas , buenas y malas. Gracias
Bonito, más que bonito, sencillo y sutil. Ya me gustaría a mí que un par de esas frases me rozasen los ojos.
ResponderEliminarCierra los ojos y espera , y en menos de lo que tu crees ,frases parecidas acariciran tus parpados y tu sonrisa.
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